El rapero encabeza la venta de discos:
Tupac Shakur, una de las figuras más controversiales y respetada en la historia del rap, regresó al número uno en las listas de discos vendidos por quinta vez desde su muerte, hace cinco años, en Las Vegas, a manos de asaltantes desconocidos.
Until the End of Time, el disco de Shakur, vendió casi 427.000 copias en su primera semana, según el registro de Soundscan. El número, que se puso por encima de Hot Shot, del jamaiquino Shaggy, por 251.000 copias, es aún más remarcable, por tratarse de un álbum doble.
Basado en un precio de 24 dólares, el álbum de Tupac generó ganancias por alrededor de 10 millones de dólares. Colectivamente, los cuatro discos post mortem de Tupac Shakur, que incluyen material nunca antes editado, vendieron más de dos millones de discos en todo el mundo.
A eso hay que sumarle los tres millones y medio que vendió su Grandes éxitos, editado en 1998. Una de las razones por las que Tupac Shakur —que grababa con el nombre de 2Pac— sigue teniendo tanta fuerza en el mercado es porque dejó casi 150 canciones sin editar después de su muerte y el material es, en su gran mayoría, impecable.
Hijo de una pareja de panteras negras (los militantes negros de fines de los sesenta), Shakur había nacido en Nueva York en 1971.
Su debut de 1992, 2pacalypse now, lo encumbró como una de las estrellas del gangsta rap, el polémico estilo de música que reflejó de manera cruda la vida al borde de la ilegalidad en los suburbios negros de Estados Unidos.
Su ascenso a la fama, sustentado por una incipiente carrera de actor de cine, lo envolvió una y otra vez en sucesos policiales relacionados con la mafia de la industria discográfica.
En 1994, fue acusado de asalto sexual y se lo condenó a cuatro años y medio de prisión. Tupac salió bajo fianza (un millón y medio de dólares) a los ocho meses y fue asesinado cuando salía de ver una pelea de Mike Tyson, en setiembre de 1996. Si bien abundaron las teorías sobre el crimen, al día de hoy la muerte de Shakur sigue sin aclararse.
Esta tendencia hace que se espere un nuevo álbum doble de material inédito para el verano (boreal). El disco será editado por Afeni Shakur, la madre del rapper, quien luego de la muerte de su hijo fundó el sello Amaru Productions. Otra vez, lo primero es la familia.
La guerra entre raperos pasó de las palabras a los hechos:
La Guerra de Secesión de Estados Unidos acabó hace 131 años, pero Nueva York todavía está en guerra con California. O por lo menos, los músicos de rap están en guerra. Los de Nueva York, liderados por Notorius B.I.G., de Brooklin, y los de California, encabezados por el fallecido Tupac Shakur, de Los Angeles, se han estado peleando a través de las canciones. Pero ahora la batalla es a balazo limpio. Varios empleados de los dos principales sellos grabadores de ambas vertientes murieron en peleas misteriosas ocurridas en los últimos años, dijo un portavoz de la agencia IPS.
En un triste homenaje al poder de la palabra, los propios raperos están en la línea de fuego, aparentemente a causa de los sarcásticos insultos que se estuvieron intercambiando en sus canciones.
Aunque buena parte de esta guerra se desarrolló en los medios periodísticos y en obscenas e infamantes piezas, los proyectiles reales se escaparon de las pistolas la semana pasada.
Shakur, también conocido como 2Pac (construcción que en inglés se pronuncia exactamente igual que el nombre de pila del músico), murió el viernes 13, seis días después de que lo alcanzaron las balas disparadas desde un automóvil que pasaba cerca del suyo en Las Vegas.
Marion ‘Suge’ Knight, propietario del sello donde grababa el artista, Death Row (que significa paradójicamente ‘pabellón de la muerte’), resultó herido en el incidente.
La cabeza y el pecho de Shakur recibieron cuatro balas el día 7. El rapero permaneció en situación crítica durante una semana entera y perdió un pulmón antes de morir.
‘Debe haber algunos buenos testigos entre toda la gente que acompañaba a Skahur’, anunció Marc Matson, teniente de la policía de Las Vegas, inmediatamente después del tiroteo. Pero pocos días después, y a pesar de que un séquito de diez automóviles acompañaba a 2Pac, no se había presentado ni un solo testigo. Todos aquellos que fueron citados a declarar por las autoridades negaron haber visto algo.
Esta fue la segunda vez y, definitivamente la última, que Shakur recibió balas en su cuerpo. En 1994 debió utilizar una silla de ruedas después de un tiroteo en Nueva York que, según la policía, acompañó un intento de robo.
El artista aseguró entonces a todos aquellos que le quisieran escuchar que el tiroteo fue una batalla en la guerra personal entre él y Notorious B.I.G.
Ambos artistas alcanzaran la fama con espeluznantes historias sobre el comercio callejero de drogas, la violenta vida en los guetos negros y las mujeres fáciles. Shakur reforzó su celebridad con la participación en películas como Juice, del cineasta Ernest Dickerson y Poetic justice, de John Singleton.
El tiroteo en Las Vegas convenció a muchos de que la guerra de palabras entre los dos jóvenes raperos y sus respectivos sellos discográficos (Death Row y el neoyorquino Bad Boy, dirigido por Sean ‘Puffy’ Combs) ya se convirtió en un duelo mortal.
La competencia al principio era inocua, con las tradicionales mofas que neoyorquinos y californianos de todas las razas y extracciones sociales se prodigan, que se exacerban cuando de rap se trata.
Nueva York se enorgullece de ser la cuna de las más famosas estrellas del rap mundial y del hip-hop, ritmo potente y rudo, aunque bailable.
Pero California se convirtió en los últimos años en el centro de rap más rentable, a medida que los fanáticos se volcaron a ritmos más apacibles como ruido de fondo de narraciones violentas y espectrales.
La rivalidad entre 2Pac y Notorious B.I.G. comenzó cuando el neoyorquino acusó al californiano de haber alcanzado fama copiando su estilo, basado en una vocalización brusca y grave.
Pero los de Death Row y los de Bad Boys pasaron de las mofas a las refriegas físicas dondequiera que se encontraran, fuera en entregas de premios musicales, conferencias de la industria discográfica o conciertos.
Al mismo tiempo, la reputación de chico malo de Shakur llegó a las nubes cuando fue condenado por violar a una joven de Nueva York.
De hecho, sufrió los primeros balazos durante el juicio y luego pasó varios meses en una cárcel neoyorquina hasta que pudo evadir por medios legales la sentencia de un año y medio que recibió por abuso sexual.
La condena de todos modos benefició a Shakur en términos comerciales, pues reforzaba su imagen de rudo ‘gangsta’ (pandillero, en la jerga del rap). Las ventas de sus discos se dispararon.
Alentado por el impulso que logró su popularidad, 2Pac alardeó públicamente de haber seducido a la esposa de su enemigo Notorious B.I.G., la cantante Faith Evans, y lo planteó con crudo sarcasmo en su último disco, All eyez on me.
Una semana antes de recibir los disparos que le dieron muerte, Shakur y otros empleados de Death Row se enfrentaron con un equipo de Bad Boys en la ceremonia de entrega de premios de la cadena televisiva musical MTV.
‘Somos hombres de negocios, pero les daremos pelea como sólo Death Row puede’, se ufanó 2Pac después de la refriega.
Muy pocos fanáticos del rap se sorprendieron cuando recibieron la noticia de que Shakur y Knight fueron heridos a balazos cuando se retiraban de la pelea de boxeo entre Mike Tyson y Bruce Sheldon en Las Vegas y se dirigían a un club nocturno.
Como si nadie lo hubiera entendido, el reverendo Al Sharpton, un político de Nueva York, dijo que tenía fe en que el episodio enseñará a los niños y adolescentes que nada se gana de la violencia y la rivalidad.
Pero pocos raperos neoyorquinos sienten piedad ante la muerte de 2Pac. ‘Obtuvo lo que se merecía por actuar como un chico rudo’, fue uno de los comentarios más comunes.