- Lun Mar 12, 2012 18:23
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El holandés Mark Van Bommel quiere ayudar al belga a afrontar el momento más duro de su vida. El milanista trataría de organizar una subasta y un partido para dar dinero al hombre que revolucionó el fútbol. “Gracias a Bosman yo pude irme del PSV al Barcelona”, asegura.
Jean-Marc Bosman no aguanta más. En declaraciones al periódico flamenco ‘De Standaard’ acusa a todo el mundo del fútbol de aprovecharse de su situación y de olvidarlo. “Nadie me quiere dar trabajo, todo el mundo futbolístico me aparta porque yo me enfrenté a los máximos organismos”, afirma el belga. “Si todos los clubes que se beneficiaron gracias a mí pusiesen un euro, no estaría así”.
En su calvario, un hombre ha ejercido de buen samaritano, el futbolista holandés del AC Milan Mark Van Bommel. Cuando lo conoció y se enteró de cuál era su cruda realidad, con alcohol y depresiones como conceptos fatídicos, le pagó unas vacaciones. Hace unos días ambos personajes se volvieron a encontrar en el AC Milan-Arsenal de Champions. El holandés le prometió una nueva ayuda.
Un partido para Bosman
El belga sueña con que su protector en la tierra pueda hacer algo por él. Bosman habla de una supuesta subasta de objetos personales de los jugadores del AC Milan. Se especula incluso con un partido benéfico en el que estuviesen involucrados jugadores internacionales holandeses, futbolistas del club italiano y otras estrellas internacionales.
Lejos de ya del alcohol, en apariencia, pero sumido en un trayecto espinoso en la espiral del olvido, Bosman lucha por salir de la miseria. El ex futbolista se arruinó tras dilapidar las indemnizaciones que cobró a raíz de ganar el juicio que garantiza la libre circulación de futbolistas en el mercado de la Unión. Ahora malvive con 750 euros mensuales de su gobierno, asignación correspondiente a su estatus: un ciudadano sin recursos. El abismo está muy cerca. El belga lo sabe: “Si no llega a ser por mi carácter fuerte ya me hubiese suicidado”.
Jean-Marc Bosman no aguanta más. En declaraciones al periódico flamenco ‘De Standaard’ acusa a todo el mundo del fútbol de aprovecharse de su situación y de olvidarlo. “Nadie me quiere dar trabajo, todo el mundo futbolístico me aparta porque yo me enfrenté a los máximos organismos”, afirma el belga. “Si todos los clubes que se beneficiaron gracias a mí pusiesen un euro, no estaría así”.
En su calvario, un hombre ha ejercido de buen samaritano, el futbolista holandés del AC Milan Mark Van Bommel. Cuando lo conoció y se enteró de cuál era su cruda realidad, con alcohol y depresiones como conceptos fatídicos, le pagó unas vacaciones. Hace unos días ambos personajes se volvieron a encontrar en el AC Milan-Arsenal de Champions. El holandés le prometió una nueva ayuda.
Un partido para Bosman
El belga sueña con que su protector en la tierra pueda hacer algo por él. Bosman habla de una supuesta subasta de objetos personales de los jugadores del AC Milan. Se especula incluso con un partido benéfico en el que estuviesen involucrados jugadores internacionales holandeses, futbolistas del club italiano y otras estrellas internacionales.
Lejos de ya del alcohol, en apariencia, pero sumido en un trayecto espinoso en la espiral del olvido, Bosman lucha por salir de la miseria. El ex futbolista se arruinó tras dilapidar las indemnizaciones que cobró a raíz de ganar el juicio que garantiza la libre circulación de futbolistas en el mercado de la Unión. Ahora malvive con 750 euros mensuales de su gobierno, asignación correspondiente a su estatus: un ciudadano sin recursos. El abismo está muy cerca. El belga lo sabe: “Si no llega a ser por mi carácter fuerte ya me hubiese suicidado”.
