- Mar Jul 13, 2010 18:39
#134116
La celebración fue indecente. No se ha estado a la altura. Hemos luchado cien años para acabar escuchando a Bisbal en un escenario. Hay gente que se ha pasado desde las diez de la mañana delante del escenario, que se han quemado con el sol hasta extremos paródicos, para al final no escuchar a los protagonistas sino a spekaers y cantantes. No, no culpo a los jugadores. Culpo a los organizadores. Si llegamos a saber este patético final casi que hubiésemos animado a Brasil que por lo menos allí saben cómo celebrarlo.
Tengo bien claro que para mi Carlos Latre y Bisbal son mucho peor que la pareja Van Bommel - De Jong. El primero lo habrá hecho bien durante las largas horas de espera previa a la llegada de los jugadores (tampoco lo sé seguro) pero luego no ha querido salirse de plano y ha decidido poner orden a un tipo de celebración que por tradición, por naturaleza y por definición ha de ser desordenada, caótica, espontánea y natural. Si al menos tuviese la excusa de que todos los jugadores son sosos...pues aún. Perono. Para un futbolista divertido que ha dado la historia y que se llama Pepe Reina, va y le resta minutos de micrófono. ¡Vamos hombre!
El momento Reina y compañeros ha sido lo mejor de largo de esa celebración. En quince minutos han salido más titulares, vídeos y noticias que en todo el guión ideado por los lumbreras organizadores. Recadito a la prensa por Valdés, bomba polémica con Cesc (sí, ha confirmado que es un empanado y que a la vez es muy listo) y un uno por uno espectacular que ha superado a aquel del 2008. Incluso que no hubiera un "Camarero, camarero" se puede aplaudir por aquello de que segundas partes nunca fueron buenas. Sin embargo ha faltado escuchar a pesos pesados como Torres, Puyol y Xavi o a hombres que parecían en buena forma como Llorente, Pedrito o Capdevila. No les han dejado. No solo les han robado el micro sino el protagonismo. ¿El culpable? David Bisbal (y ese grupo de indeseables artistas, con perdón por lo de artistas).
España tiene un problema con Bisbal. No sólo ha destrozado la música de este país sino que se dispone también a destrozar el fútbol. Su increíble protagonismo de hoy es un insulto al terrible esfuerzo que esos 23 jugadores han hecho durante este mes de Mundial. Se han dejado la piel contra Alemania, contra Holanda, contra Chile, contra Paraguay...para que final sea Bisbal y no Piqué el que se coloque para la ovación y el baño de masas. Incomprensible. Como incomprensible también es que Marchena no le haya pegado un palo durante la actuación. ¿Para qué lo hemos convocado entonces? ¡Hoy era más que nunca necesaria su presencia en el centro de la defensa!
Pero lo peor no ha sido el coitus interruptus de Bisbal, lo peor es que el resto de artistas (vuelvo a pedir perdón) han invadido y okupado el escenario dejando en un segundo y tercer plano a los futbolistas. Lo dicho, el sudor y el trabajo de Iniesta y Xabi Alonso han servido para que gente de capa caída como Soraya, Seguridad Social, Bustamante, Ketama o Amaia Montero se promocionen y hagan de una celebración de España un evento de la SGAE. Muy triste. ¡Fijaos si se han aprovechado de los futbolistas que incluso diría que les han pedido que se bajaran del escenario en plan Constantino Romero en el 92!
Y lo que me jode más de este circo es que encima el único artista que no ha subido a besar la Copa ha sido Nacho Cano que es sin duda el gran personaje del día - junto a la Infanta Elena y el Waka Waka y a Arbeloa y su caída-. Sus cinco minutos de comentarista en Cuatro añadidos a la frase célebre suya en Telecinco ("Los mayas ya descubrieron la energía de los balones. Si te das cuenta, los planetas son como balones flotando en el espacio") son historia de la televisión. Eso sí, él por lo menos ha ido de frente y no ha engañado a nadie. ¿Dónde viste la final? le han preguntado. "Vi la final en el Amnesia de Ibiza. Un amigo nos puso en sintonía para verla" ha respondido. ¿Que nos dices de los holandeses? era otra pregunta. "A los holandeses les perdono lo guarros que son porque las holandesas están muy buenas" era su respuesta. Un lujazo. Pero no sólo por sus frases célebres sino por el fiestón que llevaba encima. Desde Pocholo que no había visto a nadie así.